Todo el tiempo estamos tomando decisiones, seamos conscientes de ello o no, y siempre que decides algo pierdes algo. No podemos tenerlo todo, y está bien.

Avienta una moneda o unos dados. Sólo hay un resultado posible a la vez. Puedes intentarlo varias veces y es posible que tengas resultados diferentes, pero para ese instante sólo hay un resultado. Esto hace que muchas veces no queramos decidir o tomar una postura, no queremos elegir, y esperamos que las cosas se solucionen de la nada.

No esperes a que alguien decida por ti, es necesario aprender a elegir y aprender a perder, a enfocarnos en lo que sí estamos ganando, sea experiencia, sean cosas nuevas, conocimiento, aprendizaje, personas o memorias.

Arregla tus asuntos antes que alguien los arregle por ti.

La vida no es como un parque de diversiones en dónde puedes tener un pase para no hacer fila y te puedes subir a todas las atracciones. Debes ser cuidadoso al decidir y entender que las cosas requieren tiempo y dedicación.

Reflexiona y comprende que elegir siempre conlleva un riesgo, el riesgo de que salga como esperabas o incluso aún mejor, pero también está el riesgo de que salga mal, de que te equivoques. Pero al final, esa decisión te llevará a algo más, aprenderás de ese error y elegirás quizá mejor después.

Nada es imposible, lo imposible solo tarda un poco más.

Soñar, creer y chingarle.

Los chingones somos más.