¿Cuántos objetos inamovibles tienes? 

Todos tenemos ese enemigo que está un paso adelante, que es el culpable de que las cosas muchas veces no resulten como queremos. La mayoría de las veces, eres tú mismo. Tú eres ese objeto inamovible.  

Tienes algo que te resulta incómodo pero no lo mueves, no lo identificas ni lo trabajas, pueden ser incluso tus propias ideas o las de otras personas impuestas en ti. Es importante el confrontar, pero aquí el tema es que muchos prefieren  evadir, posponer o ignorar. 

Recuerda que las cosas que valen a pena no son fáciles, rápidas, ni gratis. Que aquello que quieres no se quede en un sueño, visualizado, vuélvelo un plan y trázalo. No pongas excusas, prioriza. 

¿Qué cambiarías de ti? ¿Qué harías o quitarías para mejorar? Si no te gusta algo o te está deteniendo, cámbialo, quítalo, muévelo. Tienes la decisión, ejecútala.  

Nada  es imposible, lo imposible sólo tarda un poco más. 

Soñar, creer y chingarle.   

¡Los chingones somos más!