El tiempo pasa cada vez más rápido, y es signo de que estás envejeciendo. Varios estudios indican que la percepción del tiempo se acelera con la edad. Trata de recordar cómo era cuando estabas pequeño.
El tiempo entre las vacaciones de verano eran eternas, navidad tardaba demasiado en llegar. Hoy es totalmente diferente, ni cuenta te has dado y ya pasaron seis meses, y si le sumamos la velocidad de redes sociales eres una bomba de tiempo a punto de explotar.
¿Qué puedes hacer?
Aprende a desconectarte, sí suena más fácil decirlo que hacerlo. Pero hay un gran valor en el mundo analógico y en lo concreto que no tiene precio.
Crea tu santuario, crea ese espacio en tu casa u oficina que te permita desconectarte del mundo y reconectarte contigo, hazlo tuyo. Que ese lugar guarde tu esencia y te permita recargar las baterías… te permita volver a ti.
Nada es imposible, lo imposible sólo tarda un poco más.
Soñar, creer y chingarle.
¡Los chingones somos más!